jueves, 9 de septiembre de 2010

empresa

al leer el titular del artículo me vino a la mente la novela que Enrique Jardiel Poncela publicó en 1930 titulada ¿Pero hubo alguna vez 11.000 vírgenes? Para los más jóvenes que nunca oyeron hablar de él (no es que yo sea tan viejo, pero todavía estaba de moda en mi juventud en los años sesentas), Jardiel Poncela fue un escritor español de novelas, cuentas, aforismos, definiciones, etc., con un elevado sentido cómico-sarcástico-satírico único en su época, precursor de los cómicos modernos.




Jardiel Poncela se refería, incrédulo, a otro club exclusivo. Expresaba su extrañeza de que en las condiciones actuales (1930), hubiera tantos miembros en ese club. También yo expreso mi extrañeza de que en los actuales momentos (2010) haya tantas empresas que puedan calificarse como socialmente responsables en un país. Claro que hay muchas más que tienen ALGUNAS prácticas responsables. Pero de allí a ser socialmente responsable en forma genérica….……



A diferencia de la virginidad, la responsabilidad social de la empresa es parcial. Así como no hay tal cosa como virginidad parcial, tampoco hay tal cosa como empresa totalmente responsable. Comentábamos en un artículo anterior (¿Acreditación de empresas socialmente responsables? en el blog www.cumpetere.blogspot.com), el uso potencialmente engañoso de la calificación de responsabilidad de una empresa.



En general, estos reconocimientos, se otorgan basados en las respuestas que las mismas empresas hacen a un cuestionario. En algunos casos, las respuestas son verificadas con la información de respaldo que proporciona la empresa y otra información de disponibilidad pública. En algunos casos, estos reconocimientos se otorgan no solo a empresas comerciales sino además a campus universitarios a, a departamentos y gerencias de empresas, a clubes de futbol. Entre los ganadores suelen encontrarse fabricantes de licores y tabacaleras



Estos reconocimientos o premios crean conciencia sobre las prácticas responsables y ello es una importante contribución. La publicidad que tiene hace que muchas empresas se intereses en obtenerlos y por ello participan. Es de suponer que al tener que participar hacen mejoras en sus prácticas responsables, lo cual sería una contribución muy positiva, aunque todavía no haya un demostración más que circunstancial de ello. Ojalá alguien hiciera un estudio analítico de cómo la participación en estos concursos ha impactado esas prácticas en la realidad. Se requeriría ver cómo han evolucionado las prácticas antes y después de participar, cuando han dejado de participar, en aquellas empresas que nunca han participado y el país en general, antes de poder atribuirle causalidad a la participación en el reconocimiento.



Sin embargo, las empresas usan y abusan del reconocimiento, haciéndoles creer a los grupos de interés que son empresas responsables, no que tienen ALGUNAS PRACTICAS RESPONSABLES, sino que son socialmente responsables, que son social y ambientalmente vírgenes.



Para ello se han desarrollado talleres sobre cómo responder los cuestionarios y cómo sacarle beneficios al reconocimiento, una vez que lo obtengan. Algunas empresas hasta contratan consultores para responderlos ¿Es la obtención del reconocimiento un objetivo estratégico o es un reconocimiento a prácticas responsables?



Una semana después de serle otorgado el reconocimiento, una de las empresas más respetadas de ese país, considerada líder en el tema de responsabilidad social, ganadora del muchos reconocimientos y premios, era multada en otro país por violaciones a las normas de seguridad laboral en sus plantas en tres ciudades, resultantes en accidentes laborales con amputación.



Esta situación es común a la gran mayoría de los reconocimientos “genéricos” de responsabilidad empresarial, que no distinguen entre algunas prácticas responsables y la responsabilidad total.

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